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Arquitectos: Taller Segovia Molina
- Área: 330 m²
- Año: 2024
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Fotografías:ZAICKZ, Diego Vázquez Mellado
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Proveedores: Helvex, Construlita, Epca, Ilumileds
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Casa Aguilar surge con la idea de crear un oasis interior donde una familia pueda experimentar la introspección y la contemplación al habitar su hogar. Esta intención se refleja en su arquitectura mediante una envolvente sólida que actúa como una segunda piel, protegiendo de las vistas hacia una zona densamente planificada. En el interior, la luz natural se filtra a través de patios en cada uno de los tres niveles, creando una atmósfera serena e íntima.
Desde el exterior, la casa se percibe como un volumen cerrado con muros altos que parecen flotar sobre el suelo. La planta libre permite integrar una sucesión de jardines silvestres, que buscan atraer insectos polinizadores y aves endémicos. Con una estructura casi hermética, la vivienda se abre únicamente hacia sus paisajes internos, permitiendo que su flora y fauna se disfruten y escuchen desde el interior. Esto crea un ambiente apacible, sereno y en total privacidad para sus habitantes.
La organización de la casa se basa en los espacios abiertos, cada uno con su propio carácter. En la planta baja, estos espacios guían el recorrido desde la entrada principal hasta el área social. La cocina y el comedor se abren a un patio trasero que inunda de luz el interior de doble altura. La textura de las paredes se equilibra con la calidez de la carpintería en tonos claros.
La búsqueda de la intimidad, como eje central del proyecto, dio lugar a una secuencia espacial que provoca cambios visuales y sensoriales al pasar de un espacio cerrado a uno abierto, y viceversa. Esta dualidad se experimenta a lo largo de los tres niveles de la casa, donde cada área comienza con un espacio reducido y oscuro, para luego revelar un ambiente amplio y luminoso con vistas hacia el exterior. La experiencia cotidiana se enriquece con la integración de la vegetación, el viento, la lluvia y el cielo en estos espacios, que enmarcan cada área de la casa.
Las áreas privadas y semipúblicas incluyen, además de las habitaciones orientadas al sur, un estudio y un taller de cerámica, ambos orientados hacia el norte mediante grandes ventanales. El taller de cerámica, un espacio completamente abierto, se conecta con una terraza que transita de la escala doméstica del interior a una doble altura. En el último nivel, el estudio, también vinculado con una terraza más pequeña, recibe luz indirecta, creando un ambiente de confort.
La búsqueda contemplativa y de asombro se culmina en el diseño de la azotea, donde se ubica el último jardín. Este espacio, inmerso en el paisaje vegetal, está destinado a la meditación y mantiene una atmósfera acogedora y refugiante, rodeado de plantas e insectos que lo habitan.